La bodega [ZdR]

Caminando sin rumbo fijo, bajo las escaleras que llevaban a los sótanos, una zona del castillo en la que aún no había estado. La temperatura, de por sí ya fría del castillo descendió aún más hasta estabilizarse creando un ambiente perfecto para la conservación del vino. De hecho, había llegado hasta lo que sin duda eran las bodegas. Entro para examinar las paredes repletas de botellas de vino, y se adentro entre las barricas de diferentes maderas donde permanecía el mosto hasta alcanzar el punto de fermentación justo, dejándose llevar por las fragancias de la estancia y olvidándose de todo lo demás.

Tras un tiempo indeterminado en aquel lugar, empezó a sentirse agobiada de permanecer en un sitio cerrado, los olores que en un principio le había parecido agradables, ahora se le antojaban demasiado dulzones, demasiado mareantes. Y el frío de aquel lugar empezaba a metérsele en los huesos, tenía la carne de gallina, y cuando sus dientes comenzaron a castañear, pensó que era el momento de salir de allí hacia un lugar algo más calido. Necesitaba volver a sentir los rayos del sol sobre su piel calentándola, así que salí de aquel lugar hacia un lugar abierto.