El recibidor [ZdR]

No hacía mucho que había llegado a la fortificación. Lo había hecho sin gusto, sin mayor emoción que la de estudiar en la prestigiosa escuela en la que se encontraba en aquel mismo momento. Pese a ello estaba en parte agradecida por conseguir una salvación que fuera, resultaba imposible.
Estaba explorando el castillo, no conocía los recobecos que ocultaba, no conocía todas sus alas, no conocía nada ni a nadie. Aquello último era lo que menos le importaba gracias a la enorme capacidad para entablar relaciones sociales que poseía. Solo tendría que sera amable y actuar un poquito para no desentonar en aquel lugar.
Se encontraba allí, en el primer lugar que logicamente había visitado a su llegada, el recibidor.
No le provocó sensación alguna, tan solo se dijo a si misma que debía ir acostumbrándose por que iba a pasar allí mucho, mucho tiempo aunque ella, en realidad, no supiese cuanto.
Tras cavilar durante unos segundos sobre la nueva vida que iba apasar en aquel nuevo lugar, se dispuso a explorar, primero, el recibidor en completo silencio.

Dio un respingo al escuchar la puerta y se giró de inmediato. En la puerta vio a un muchacho que rondaría su edad. Era pálido y delgado, se veía el esfuerzo que le había llevado empujar la puerta.
Lo examinó durante unos instantes, en parte sorprendida por ver a alguien y en parte se sentía fuera d contexto.
Finalmente apartó la mirada del chico y la fijó en un punto de la pared más lejana dejando de parecer descarada después de los largos segundos que había pasado obsevándole. AUnque seguía con la atención puesta en el siguió examinando la estancia.

Le sorprendió el leve saludo, pero le ¿reconfortó?, el chico tampoco parecía muy cómodo con el lugar, o esa era su impresión. Le devolvió el saludo mientras sentía que un leve rubor cubría sus mejillas a causa de su estupidez. Mirar y no saludar, quedarse quieta. ¿Cómo esperaba conocer gene de aquel modo? Ella no era así.

La puerta se abrió de nuevo y volvió a girarse hacia ella. Entro una segunda persona cargada con su equipaje. Lo obsevó también esta vez con mayor naturalidad intentando desenvolverse.

-Buenas tardes.-Respondió como saludo para ambos con un asentimiento de cabeza y educación exquisita.

Escuchó su intercambo de palabras sin entender nada. Le restó importancia y adoptó una actitud lo más despreocupada sin restarle elegancia intentando ocultar la incomodidad que senetía.
Se volvió hacia el chico que había entrado priemero.
-Rachelle Middleton.-Respondió con una leve reverencia acompañada por una sonrisa liviana pero sincera.-Encantada.-Concluyó.

Volteó hacia el recién llegado completando la presentación con otra leve reverencia mientras sostenía su mirada sintiéndose algo mejor.