Re: La Casa Abandonada [ZdR]

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 04:23

Por como se hablan, Athena deduce que ambos se conocen. ¿Por qué la gente acude a esa casa abandonana a altas horas de la madrugada si se supone que está abandona?, es una de las preguntas que en un momento tan oportuno como ese a la joven se le cruza por la mente.
Con cada paso que Franciszek dá, ella se siente más lejos del peligro. Tiene razón en lo que dice, pues la suerte no acompaña nunca a una persona así sin más, aunque la chica no había utilizado el término "suerte" de esa forma, simplemente quería expresar una ironía.
Mira a la otra muchacha, lo correcto sería esperar a que su caballeroso acompañante las presente, pero por alguna razón decide hacerlo ella misma.
-Soy Athena Russo. -hace una pequeña reverencia y los mira.- ¿Os conocéis? -no quiere parecer entrometida pero siente cierta curiosidad.

**Linette Gerlether** Dom Jul 05 2009, 04:37

-Lo lamento Fran, pero supongo que para ti una noche en compañía de alguien agradable debe ser bastante complicado, por no decir imposible. -le dice, con voz suave y clara, en un tono perfectamente audible a pesar del molesto sonido de sus pisadas.
Escucha la pregunta de la chica y le dedica una pequeña y desdibujada sonrisa, examinando sus facciones con ojos brillantes.
-Pues sí, ¿No te parece? -contesta al fin, en forma brusca mientras camina por la sala, hasta ahora no se había preguntado en dónde diablos estaba, pero tampoco importaba. -Soy Linette Gerlether.
Sigue caminando, sin dirección concreta y fija la vista en las paredes repletas de humedad, hasta que vuelve a mirar al chico. -Si pensaban divertirse y molesta mi presencia, no duden en decirlo y me iré.

**Annie Gerlether** Dom Jul 05 2009, 04:58

Entra corriendo sín perder la elegancia en sus pasos a lo que parece ser una casa abandonada, buscando a su prima al fín la encuentra, pero no estaba sola, estaba Franciszek aquel chico decide del comedor el otro día, lo saluda con la mano y mira a otra chica que desconocía. - ¡Linette! - Exclama sonríente, mira a la chica y decide presentarse - Annie Gerlether, mucho gusto. - Se presenta amablemente sín dejar atrás la elegancia y la educación.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 05:10

Las deja hablar, sin escuchar muy interesado realmente. De pronto toda la diversión se había esfumado. Está a punto de comentar algo, cuando una tercer persona aparece en escena. Definitivamente, eso ya le estaba molestando. Una seca inclinación de cabeza a la recién llegada...
- Bueno, creo que la noche seguirá estando igual de solitaria... - comienza, enfilando hacia la salida. Se gira para sonreírles por última vez, sin importar que su estado de ánimo no fuera feliz. En realidad, nunca lo era. Él no tenía motivos para estarlo, ni tampoco para estar triste-. Adiós.
Luego de pronunciar esta última palabra, desaparece en la oscuridad de la noche, rehuyendo a los rayos de la luna.

**Linette Gerlether** Dom Jul 05 2009, 05:22

Suspira, resignada. Aquel chico era completamente impredecible, si al menos hubiera hecho algo interesante aquella noche, parecía que simplemente intentara intimidar todo el tiempo, sin atreverse a nada.
-Adiós. -dijo, en voz apenas audible y se volvió al oír la voz de su prima. Sorprendida, la saluda con un gesto, sin entender qué tenía de especial una casucha abandonada como para que apareciera por allí de repente.

**Annie Gerlether** Dom Jul 05 2009, 05:39

Sonríe nuevamente - Te estaba buscando y te encontré. ¿Sabes que? Tengo mucha hambre - dice y abaja la cabeza, triste.

**Linette Gerlether** Dom Jul 05 2009, 05:50

-No seas dramática. -le dice a Ann, en tono cortante y vuelve sobre sí misma para ver a.. ¿Athena? pero la pobre se había quedado muda o algo parecido. -Vamos, te llevaré a mi habitación, y de paso me ayudas con las maletas. -vuelve a hablar a su prima, mientras camina en dirección a la puerta. La toma del brazo y la saca de ahí.

**Annie Gerlether** Dom Jul 05 2009, 05:53

Sale de ahí, jalada por su prima...cómo siempre.

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 12:02

Al fin el sueño había vencido a la muchacha. El día anterior había sido duro, Athena había caminado durante mucho rato para encontrar el Castillo que ahora sería su hogar, pero se había hecho demasiado tarde y prefirió no continuar. Así acabó en esa abandonada casa y pronto recibió visita. Una visita inesperaba y tenebrosa, aunque algo extraña y familiar. A pesar de la presencia de Franciszek y de la otra chica, ella no pudo mantenerse en pie por mucho tiempo.
~

Athena despierta y se despereza delicadamente, se acicala como puede, pero no necesita mucho tiempo pues su pelo es liso, suave y fino y pocas veces se le despeina. Por otra parte, el corsé la está matando y los zapatos de tacón le aprisionan los dedos. Nunca ha estado tanto rato con ese tipo de zapatos puestos. Reprime un bostezo y mira a su alrededor. No hay nadie.
La joven sale de la pequeña casa con cuidado y decide seguir su camino, en busca del castillo, ansiosa por llegar a él para poder descansar en su habitación y quitarse esa ropa que después de varias horas se han convertido en elementos de tortura.

**Ginebra Dominique** Dom Jul 05 2009, 13:27

Klaus Van der Klein escribió:Definitivamente no hay otra salida. Continua sosteniendola por el cuello con rabia, dando leves empujones contra la pared, aborrece la indecisión que lo envuelve en este momento. Puede continuar perfectamente si quisiera, la presa está en bandeja, se encuentra débil.. inservible. Ya ha saboreado su alma, no hay mayor tentación que eso para un demonio sediento, neonato. De pronto las palabras de Velvet resuenan en su interior, una y otra vez, no lo dejan en paz.. 'mátalos'.
Al sentir el contacto de sus manos sobre las de él la suelta, tumbándola en el suelo. Apoya un pie sobre su abdomen, presionando su cuerpo sin ningun tipo de precaución, desea lastimarla.. tiene que demostrarle que él es superior, que es más fuerte.. todo depende de Klaus y la decisión que tome. -Tu destino está marcado desde este preciso instante... tu alma nos pertenece - sisea con voz grave, potente, bufando. -No hay salida cuando se pacta con el diablo.. conseguirás al menos cuatro humanos.. no pueden ser hombres de fé, NO.. sin crucifijos de por medio.. los llevarás a las mazmorras, engañados, como un paseo cotidiano.. no deben saberlo.. y CREEME que tengo acceso a esa información.. no puedes engañarme - carraspea al finalizar, hablando con absoluta rapidez, las palabras se chocan unas con otras. Se inclina hacia ella ahogando un gruñido violento contra su pecho, acerca su rostro al de ella, los separan pocos milímetros, sus narices se rozan. -¿Entendido? - inquiere hablando como un verdadero demonio, enseñando sus dientes ensagrentados por la sangre de ella. Apoya su brazo a lo largo de su esternon y la aplasta contra el suelo, haciendo que la madera se quiebre, provocando un ruido insoportable que resuena en las cuatro paredes de la habitación, envolviéndolos.

Se siente como una muñeca a la que un niño le gusta maltratar. Está siendo mangoneada, torturada sin motivo. Y lo peor es que no puede hacer nada, solo puede tratar de aparentar una fuerza y seguridad que en realidad está muy lejos de poseer.
Contiene el aliento cuando el chico la tumba sobre el suelo, gritando de impotencia al sentir el pie clavado en su abdomen. Se retuerce de dolor e intenta liberarse, pero todos sus esfuerzos son en vano, lo único que consigue es hacerse aún más daño.
A pesar de lo mal que se encuentra, las palabras de su captor suenan claras en su mente, haciéndola estremecer. Solo entonces se da cuenta de lo que ha hecho, de que está jugando con su vida y con la de cuatro personas más. Siente tentaciones de negarse, de echarse atrás en lo pactado, y justo entonces el chico se inclina sobre ella, dejándole ver claramente su rostro.
Abre la boca para respirar, tomando el aire que él exhala, observando su rostro con nuevos ojos. Incluso en la situación en la que se encuentra, al borde de la muerte, no puede dejar de sentirse fascinada por el demonio que se encuentra sobre ella. Quiere alzar la mano para rozarle el rostro, pero no tiene fuerzas ni para elevarla unos pocos metros por lo que, agotada, reúne sus escasas energías para firmar su sentencia.
- Entendido- musita, dándose cuenta de que ella misma tiene la boca llena de sangre. Aunque, en su caso, no ha sido por voluntad propia.
Apenas ha pronunciado la confirmación, un dolor insoportable se instala en su pecho, impidiéndole respirar. Grita con toda su alma cuando todo a su alrededor parece derrumbarse y no puede evitar que una lágrima se escape de sus ojos, mucho más brillantes de lo normal.
Va a morir, no se cree capaz de soportar semejante sufrimiento. Y en su lecho de muerte, solo una cosa le preocupa.
- ¿C-cómo…? ¿Cómo te llamas?
Quiere conocer el nombre de su asesino para vengarse una vez muera.

**Klaus Van der Klein** Dom Jul 05 2009, 18:04

Ríe con diversión al percibir los intentos de la humana por zafarse de su agarre, son practicamente cosquillas para el demonio, no siente ningun tipo de resistencia. Comienza a pensar en la proposición que acaba de aceptar, continua dubitativo, la tentación es mayor.. tal vez debería acabar con ella ahora, ya. No tiene fuerzas, se puede leer en la expresión de la humana que se encuentra al borde del desmayo, inservible.
Se mantiene en la misma posición sin separar su rostro de el de ella, la mira a los ojos, tanta inocencia y energía lo vuelven loco.. un segundo sin pensar significaría la muerte instantánea de la humana. Al escuchar aquel grito de agonía su sonrisa se amplía notablemente, pocas veces se lo ve sonreir de esta forma. Se une a aquel sonido con un gruñido desgarrador, su garganta vibra con violencia contra la de ella mientras los brazos de el se apoyan sobre el suelo, dejando caer el peso de su cuerpo sobre la humana.
Entonces escucha su pregunta y sin medir las consecuencias responde, gritando con la intención de que el nombre quede grabado en su conciencia.. el nombre de su asesino. -Klaus -
Sin previo aviso y por pura costumbre, inclina sus labios hacia los de ella y la besa brevemente, a modo de sellar el pacto. El tan conocido 'beso del diablo'. Un segundo después se encuentra de pie sin despegar la mirada de su víctima, penetrante e intensa. Ya han llegado a un acuerdo, está seguro de que no habrá malentendidos.. además, si así lo fuera, la humana sabe que Klaus no tardará en rastrearla y acabar con su vida casi tan rápido como un chasquear de dedos. -¿Y tu nombre, humana?- inquiere distraído aunque atento a cada uno de sus movimientos, está preparado para atacar en cualquier momento. No le interesa el nombre en sí pero sabe que es algo que le servirá a la larga. Se cruza de brazos observando como jadea en el suelo mientras vuelve a vestirse con la túnica, tapando su rostro entero.. dejando a la vista nada más que sus dos ojos rojos, intimidándola.

**Ginebra Dominique** Dom Jul 05 2009, 18:30

Siente que la consciencia va abandonanádola, que sus párpados luchan por cerrarse para sumirla así en un sueño largo y reparador, pero se obliga a mantenerse despierta. Porque no ha llegado tan lejos para nada, porque no le ha vendido su alma al diablo, literalmente, para caer inconsciente como una débil niña ante él.
El brillo rojizo y magnético, peligroso, que destilan los ojos del chico la ayudan en su propósito, pues se siente completamente incapaz de apartar la mirada de ellos. Se estremece de puro terror al escucharlo gritar, conteniéndose ella para no ceder a la histeria y al pánico. Debe ser valiente.
Cuando ya cree que no va a responder a su pregunta, cuando se encuentra tan débil que su fuerza de voluntad ha dejado de ser suficiente para sostenerla, el demonio se recuesta sobre ella, pronunciando con voz quizá demasiado alta su nombre, un nombre que no olvidará.
Y entonces, sin previo aviso, Klaus acorta la escasa distancia que los separaba para unir sus labios en un corto beso lleno de significado, una forma de sellar el pacto. A pesar de la brevedad del contacto, su corazón se ha acelerado y su respiración es ahora mucho más rápida e irregular.
Una vez logra reaccionar, se encuentra con que el chico ya se halla a varios metros de ella, de pie y de nuevo cubierto con la túnica que lo oculta completamente.
- Ginebra- responde a su pregunta, y su propia voz le suena extraña, irreal.

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