Re: La Casa Abandonada [ZdR]

**Iríadel Horwave** Miér Jul 01 2009, 17:30

de Suécia... *murmura hasta quedarse dormida

tengo que irme, luego seguimos Wink

**Julia Cöle** Miér Jul 01 2009, 17:32

Veo como se queda dormida y suspiro, agotada por las experiencias vividas hasta hoy, y por el gran control mental que ha debido llevar en ese momento,en el cual casi le estampa su cuño en la cara y le vuela los sesos a esa humana.
FdR: no problem Wink

**Liam L. Doyle** Miér Jul 01 2009, 18:46

Salgo de mi empano, sin asber que demonios ha pasado en este lugar. Solo recuerdo al raper... A la Nicole. Julia y Iríadel. Suspiro levemente saliendo del lugar por puro aburrimiento viendo que las demás estaban empanadas en el lugar

**Iríadel Horwave** Jue Jul 02 2009, 15:25

*se despierta después de estar dos dias dormida. No ve a nadie. Estaba completamente sola. Suspira y se levanta. Se sacude la ropa por si había polvo y arena. Una vez limpia, se va a dar una vuelta

**Klaus Van der Klein** Sáb Jul 04 2009, 16:42

Finalmente decide salir del castillo, alejarse lo más posible. Tal vez de ese modo nadie consiga rastrearlos. Aun cargando a la humana en brazos divisa una casa abandonada a pocos metros de su posición. Sin pensarlo más de una vez corre hacia ahí y se introduce en la casa, destruyendo la puerta de entrada con su propio cuerpo. Se pasea por las diferentes habitaciones buscando el lugar indicado y cuando llegan al ático suelta a su víctima, dejándola caer contra el suelo.
Se aleja un par de pasos acomodando su túnica, no quiere que vea su forma humana.. prefiere el anonimato.. por ahora. En su cabeza se arman estrategias sin que el lo quiera, es calculador por naturaleza. De un momento a otro sus ojos se encuentran llenos de vida, rojos como la sangre que fluye constantemente. Mantiene su mirada fija en la humana y gruñe, con violencia, desesperación y más que nada tentación. Se pone de rodillas y comienza a avanzar hacia ella como un felino, arrinconándola contra la pared más cercana. -¿Preparada para morir? -

**Ginebra Dominique** Sáb Jul 04 2009, 16:53

Cargada en brazos del encapuchado, solo se atreve a abrir los ojos cuando siente el aire frío impactar de lleno en su rostro. Observa, entre sorprendida y asustada, que ya no se encuentra dentro del castillo, si no que el chico se la ha llevado a la Aldea sin su consentimiento y, lo que es aún peor, a una velocidad tan alta que le impide distinguir con claridad las figuras que la rodean.
Quiere gritar que la baje, que la suelte y la deje libre, pero su voz muere en su garganta, mucho antes de llegar a sus labios. Se siente incapaz de pronunciar palabra, solo puede dejarse conducir por él e intentar no perder el sentido.
Vuelve a cerrar los ojos cuando su captor se lanza contra la puerta de una casa abandonada hace tiempo y, ahora sí, grita de terror. La madera cede ante el muchacho, sin embargo, y pronto tiene otros asuntos más importantes de los que ocuparse. Antes de que pueda reaccionar, se encuentra tirada en el empolvado suelo de la vivienda, a la completa merced del ser que se encuentra ante ella.
Intenta moverse, pero cuando sus ojos se encuentran con los de su atacante, rojos, intimidantes, inquisidores, solo puede quedarse quieta, temblando como una hoja sin saber exactamente por qué. La última esperanza que le resta desaparece al oír sus palabras, pronunciadas en un tono que la hace estremecerse entera.
- P-Por qué?- pregunta mirándolo a los ojos, confundida y mareada.

**Klaus Van der Klein** Sáb Jul 04 2009, 17:17

Los gritos de terror que escapan de la garganta de la humana son como música para los oídos de Klaus, disfruta del miedo que sienten sus víctimas, lo hace sentir superior, invensible. Cuando la muchacha se encuentra contra la pared, sin más distancias que recorrer, el demonio rodea la parte baja de su espalda con los brazos, acercándose como en una especie de abrazo que no demuestra ningún tipo de cariño. Sus labios se acercan peligrosamente al oído de ella, donde susurra con su típica voz distorcionada, maléfica. -Ha llegado tu hora, algun dia me lo agradeceras - Dicho esto comienza la acción, Klaus sonríe como nunca lo hace antes de ponerse en pie para morder el cogote de la humana, asegurándose que no va a escapar. Sus ojos se cierran con brúsquedad y sin dejar de empujar el débil cuerpo de la muchacha contra la pared, comienza a absorver parte de su alma, con lentitud, gruñiendo contra su piel temblorosa. Se podría decir que ha perdido la práctica, hace meses que no se alimenta como debe.
Al instante el demonio está fuera de sí, lo controla su maldad interior, es extremedamente violento en sus movimientos, su cuerpo se retuerce por el placer, la vida de la humana lo alimenta, la sed comienza a desaparecer.. pero no es suficiente, no.. aun no ha alcanzado a matarla, el proceso es lento, demasiado lento para Klaus.

**Ginebra Dominique** Sáb Jul 04 2009, 17:36

Sus manos hace tiempo que han dejado de tantear el suelo en busca de algún objeto que pueda resultarle útil y ahora se limitan a sujetar con fuerza la tela descosida de su ropa, en un vano e infantil intento por protegerse de lo que se le viene encima.
Permanece inmóvil cuando el chico le rodea con los brazos, sintiéndose peor que en toda su vida. Un miedo intenso le recorre todas las células de su cuerpo, haciendo que se encoja involuntariamente, provocándole un ligero temblor que se siente incapaz de controlar.
La sensación de malestar se acentúa cuando el ser le habla en el oído, casi tentándola a aceptar su ofrecimiento de muerte. Siente la necesidad de girarse para ver el rostro del que será su asesino, pero apenas lo ha hecho, apenas ha tomado una desesperada bocanada del aire que él mismo ha exhalado, los dientes de él se le clavan produciéndole un dolor inhumano que la hace perder momentáneamente la razón.
Un solo grito escapa de su garganta, un único sonido en el que trata de expresar su miedo y ansiedad, la angustia que está viviendo. Se muerde el labio con fuerza para evitar posibles quejas, poco dispuesta a mostrarse aún más débil ante su captor, y entrecierra los ojos, concentrándose en las nuevas sensaciones del momento.
Le están robando, le están quitando algo que es suyo y que le pertenece, su esencia, su vida. Y lo están haciendo de un modo brutal, provocándole un sufrimiento que jamás creyó que llegaría a sentir.
Va cayendo en una especie de estado de duermevela en la que el que la consciencia ya no es algo a lo que obedecer, en el que prima el instinto de supervivencia. Y es precisamente ese instinto el que le hace pronunciar las palabras de las que sabe que algún día se arrepentirá.
- Dé… Déjame vivir- musita con dificultad, dolorida- Si lo haces… te compensaré. Te ofreceré… otras vidas. En… bandeja… te las daré en bandeja. Vidas… poderosas que… te saciarán… Por favor.

**Klaus Van der Klein** Sáb Jul 04 2009, 18:01

Puede percibir con claridad cada una de las sensaciones que atraviesan a la humana, a pesar del estado en que se enucuentra, algo así como una dimensión paralela. Sus garras se aferran inconscientemente a la piel de ella, dejándose llevar por el deseo que le provoca la vida, una vida tan pura e inocente, totalmente apetecible para este demonio en particular.
Sale de su mundo, desconcentrándose notablemente cuando escucha las palabras que escapan de entre los labios de la muchacha. Por un momento la ignora, intentando continuar con su trabajo, necesita terminarlo más que nada en el mundo. Sin embargo no logra continuar, la proposición es tentadora, un claro beneficio para ambos.
Sin previo aviso suelta su cogote pero no se separa, se mantiene inmóvil, sopesando la idea de dejarla ir, de aceptar aquel trato. Un gruñido bestial ocupa su garganta, saliendo de su boca con ferocidad, frente al rostro de ella, atravesándola con la mirada. ¿por qué le sucede esto?.. ¿por qué no termina de matarla, como siempre ha echo, sin cuestionamientos? -¿Pactar con el diablo? - logra preguntar en un momento de cordura mientras la empuja con sus piernas hacia la pared contraria, suspirando.
Se quita la túnica con rápidez dejando ver su aspecto más humano, el traje y la corbata que siempre lleva debajo. Sus ojos se hacen azules una vez más, se siente impotente, estúpido, quiere autodestruirse por lo que acaba de hacer.. ¿piedad? ¿desde cuando un demonio tiene piedad por una de sus víctimas? -¿Como piensas garantizarme que cumplirás tu palabra? - inquiere casi gritando con rabia mientras aparece junto a la jóven una vez más. La toma del cuello y la eleva contra la pared, separando sus pies del suelo, mirandola fijamente, puede percibir las mentiras a kilómetros.

**Ginebra Dominique** Sáb Jul 04 2009, 18:18

Casi le parece visualizar como su alma se va desgastando, desgarrándose poco a poco a cada segundo que pasa, dejando un vacío en su interior que, sabe, jamás logrará llenar. Piensa que sus palabras no han tenido efecto, que su esfuerzo ha sido en vano y que la cercanía de la muerte ya es una realidad pero, justo entonces, el chico se separa de ella.
La vista se le nubla y, durante unos segundos, cree que va a perder definitivamente la consciencia. Pero no puede permitírselo. Sacando fuerzas de donde no quedan, tomando amplias bocanadas de aire, parpadea con fuerza para aclarar su visión. Cuando cree haber recuperado el control, ladea ligeramente la cabeza para mirarlo, topándose con la impactante mirada del muchacho; unos ojos rojos e incendiarios que la atraviesan, que parecen poder leer a través de ella.
Como hipnotizada, se siente incapaz de apartar la vista, y solo cuando él la empuja para apartarla, es capaz de volver a razonar. Contiene un estremecimiento al escuchar la interpretación que le da a sus palabras, pero finalmente asiente con la cabeza, lentamente.
- ¿Qué otra salida hay cuando estás siendo devorada por él?- pregunta, aunque en realidad no espera respuesta.
Contempla con los ojos abiertos como platos el cambio que ha sufrido el chico. Ya no parece un ser sobrenatural e inhumano, capaz de matarte al menor descuido… ahora, su apariencia es mucho más tranquilizadora, pero su aura sigue siendo dándole escalofríos.
Sorprendida como está, no se da cuenta de que vuelve a acercarse a ella hasta que se encuentra prácticamente aplastada contra la pared, con un agarre en el cuello que le impide acceder al aire que tanto necesita en esos momentos.
Su pregunta le suena lejana, casi irreal. ¿Cómo garantizarle algo que no dependía de ella? Sabe que está jugando con fuego, que de su contestación depende su vida.
- Ellos… confían en mí… - murmura entrecortadamente, colocando sus pálidas manos sobre las de él para tratar de apartarlas de su cuello- Y… si no cumplo mi promesa… podrás matarme.

**Klaus Van der Klein** Sáb Jul 04 2009, 18:57

Definitivamente no hay otra salida. Continua sosteniendola por el cuello con rabia, dando leves empujones contra la pared, aborrece la indecisión que lo envuelve en este momento. Puede continuar perfectamente si quisiera, la presa está en bandeja, se encuentra débil.. inservible. Ya ha saboreado su alma, no hay mayor tentación que eso para un demonio sediento, neonato. De pronto las palabras de Velvet resuenan en su interior, una y otra vez, no lo dejan en paz.. 'mátalos'.
Al sentir el contacto de sus manos sobre las de él la suelta, tumbándola en el suelo. Apoya un pie sobre su abdomen, presionando su cuerpo sin ningun tipo de precaución, desea lastimarla.. tiene que demostrarle que él es superior, que es más fuerte.. todo depende de Klaus y la decisión que tome. -Tu destino está marcado desde este preciso instante... tu alma nos pertenece - sisea con voz grave, potente, bufando. -No hay salida cuando se pacta con el diablo.. conseguirás al menos cuatro humanos.. no pueden ser hombres de fé, NO.. sin crucifijos de por medio.. los llevarás a las mazmorras, engañados, como un paseo cotidiano.. no deben saberlo.. y CREEME que tengo acceso a esa información.. no puedes engañarme - carraspea al finalizar, hablando con absoluta rapidez, las palabras se chocan unas con otras. Se inclina hacia ella ahogando un gruñido violento contra su pecho, acerca su rostro al de ella, los separan pocos milímetros, sus narices se rozan. -¿Entendido? - inquiere hablando como un verdadero demonio, enseñando sus dientes ensagrentados por la sangre de ella. Apoya su brazo a lo largo de su esternon y la aplasta contra el suelo, haciendo que la madera se quiebre, provocando un ruido insoportable que resuena en las cuatro paredes de la habitación, envolviéndolos.

**Athena Russo** Sáb Jul 04 2009, 23:37

Es de noche y está oscuro, la brisa sopla y los cabellos de la joven bailan, el ruido de los grillos acompañan su paso. Athena camina con sigilo y en silencio, aquel paisaje le es familiar y le invade una sensación de terror que hace que su interés aumente. La joven avanza y llega hasta la casa abandonada, tropieza con una piedra pero logra mantener el equilibrio para no caerse. Entra en el interior de la casa destrozada y observa cada rincón. No está mal, ya es un poco tarde y se podría decir que aquel lugar se asemeja a un refugio, al menos para pasar la noche.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 01:42

Había concurrido a ese lugar en busca de calma, pero ésta pronto se vio interrumpida por una nueva presencia. Esperaba que no fuera la extraña diablesa de las torres. No es que le temiera ni nada por el estilo, pero estaba demasiado tranquilo como para querer pelear y que corriera sangre. A menos que fuera con cierto señorito. Pero dudaba que éste estuviera allí.
Se apoya en el aféizar de la puerta y sonríe en el preciso instante en que las nubes descubren a la luna y una rayo de ésta ingresa por la ventana, revelándole su marfileño rostro a la presencia desconocida.

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 01:55

Lleva un largo rato observando el cielo, la presencia de algunas nubes le impiden ver la luna y las estrellas. Juega con un mechón de su cabello, sabe que no va a lograr dormirse por mucho que quiera porque le incómoda aquel lugar, le intimida. Un rayo lunar se hace paso entre las nubes y penetra en la casa, Athena lo sigue con la mirada, distraída, y así se topa con la silueta de un chico esbelto y de rostro blanquecino. Se sobresalta y el corazón le late con fuerza durante unos instantes.
-¿Quién eres? -pregunta con voz firme aunque algo asustada.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 02:06

Una carcajada fría como el hielo emana de su garganta. Se despega del marco y comienza a avanzar hacia ella.
- Franciszek Seweryn Walczak, un placer - arrastra cada palabra, cargándola de un tinte irónico. Se permite el lujo de tomar su mano y darle un delicado pero helado beso. Alza el rostro sin soltarla y clava sus ojos en ella, con esa demoníaca sonrisa iluminando todo su rostro. Percibe el miedo. No le extraña. Se aburría y había llegado el momento de divertirse.

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 02:17

Vigila cada movimiento del extraño y se mantiene alerta. Escucha su carcajada y se estremece pero logra disimularlo manteniéndose firme, con la cabeza bien alta y el rostro serio cuando llega hasta dónde ella se encuentra. Escucha su nombre y al instante se le olvida ya que aparte de enormemente largo está ocupada en observar sus pasos. No se opone cuando le besa la mano, la alza delicadamente y siente el tacto de sus fríos labios sobre la piel de la chica, también fría. Se mantiene quieta y en silencio sin apartarse ni un ápice de él.
-¿No es un poco tarde para andar divagando por ahí? -se atreve a preguntar, extrañada por su presencia a esas horas.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 02:25

Su rostro permanece impasible, con esa sonrisa intachable. Esta vez suelta su mano con delicadeza y retrocede varios pasos, volteándose y quedando de espaldas a ella. Comienza a merodear por el lugar, analizando pausadamente cada mueble, cada partícula de polvo. Observa las marcas evidentes de algún incendio lejano, lo que le trae a la mente numerosos recuerdos.
- En tal caso, debería formularle la misma pregunta, señorita... - deja la frase palpitando en el aire, aguardando a que se presente. Sus pasos acompasados dejan un leve eco en la habitación, mientras pasea decorosamente de aquí para allá, dejando que la muchacha aprecie lo que era un verdadero y hermoso demonio.

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 02:35

Se deja hipnotizar por sus pasos que recorren el lugar. Un ser hermoso, elegante... Oye muy lejanas sus palabras al hablar. Sacude la cabeza y vuelve a la realidad. Se arregla un poco el pelo y ahora es ella quien camina por la casa, elegantemente y taconeando en cada paso.
-Oh. Qué descortés por mí parte. Me llamo Athena Russo. Cómo puede comprobar mi nombre se queda rídiculo al lado del suyo. -le dedica una sonrisa burlona y a la vez encantadora.- Y estoy aquí disfrutando de la noche. Simplemente. -miente, pues no va a decirle que no tiene un lugar donde dormir, no quiere parecer inferior a él, pues el joven tiene toda la pinta de vivir en su mansión, con sus criados y sus sirvientas.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 03:04

Ríe socarronamente, quizás porque no tiene nada mejor que hacer. Asiente entre las sombras a las palabras de Athena, evidentemente su nombre era mucho más sofisticado, más perfecto. En otro momento habría intentado seducirla, pero esa noche tenía ganas de divertirse. De otra manera.
- Curiosa forma de disfrutar la noche... - inquiere mordazmente, aunque añadiéndole una dulzura inaudita en él a sus palabras. Toma una de sus mangas y desabrocha el puño, para luego arremangarla hasta la altura del codo. Empieza a repetir el procedimiento con la otra, como si de pronto hubiera olvidado que la joven estuviera allí.
En tan sólo unos segundos, abandona su labor y aparece a un lado de la chica. La toma con suavidad de los hombros y acerca los labios a su oído.
- Y no consideró esta señorita que vagar por la mitad de la nada puede ser... - conserva la frase en suspenso por unos instantes -¿Peligroso?

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 03:20

No sabe porqué, pero por algún motivo comienza a tener frío, quizá sea por la suave brisa de la noche, o tal vez sea la estridente risa del chico quien no le infunde demasiada confianza, por no decir nada. Observa como Franciszek se desabrocha el puño de sus mangas con suma tranquilidad y paciencia, como si tuviera todo el tiempo del mundo, tal vez así es.
Perpleja ante la repentina aparición del joven a su lado, ahoga un inaudible grito y en un acto reflejo retroce un pequeño paso hacia atrás, pero aún así le coge por los hombros y le susurra aquellas palabras que hacen que la imaginación de Athena se dispare. Traga saliva y desvía la mirada, intimidada. Consigue apartarse de él.
-¿Se considera peligroso? -le pregunta entonces, sin responderle, pues ella no ve peligro alguno cerca a excepción, tal vez, de Franciszek.

**Linette Gerlether** Dom Jul 05 2009, 03:25

Aparece por ahí, después de haber dedicado ese día a 'alimentarse', ni siquiera había tenido la oportunidad de llevar sus maletas a su habitación, sea donde sea que estuviesen. Empuja la puerta de la casa al oír unas voces, a pesar de no creer encontrarse con nadie, sonríe a los presentes y decide entrar. Arrastraba su vestido al caminar, tenía las mejillas encendidas y un leve brillo en los ojos. Estaba buscando un lugar donde descansar un rato antes de volver al castillo.
-Buenas noches. -saluda a los que encuentra ahí, a unos pasos de la puerta.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 03:36

Toma un mechón de cabello y lo huele. Ese olor no era humano, no. Además, al estar detrás de la joven puede sentir esa temperatura que desprenden sus alas invisibles. ¿A qué venía tanto miedo entonces? A pesar de todo, no le afecta en lo más mínimo, al contrario, aumenta el atractivo de atemorizarla. La distancia repentina lo frustra, pero no tarda en moverse para quedar frente a ella.
- Yo no podría decirlo, ¿tú que crees? - cuestiona con fingida inocencia, dejando que su demoníaca sonrisa siembre escalofríos en el cuerpo de Russo. Una voz lo interrumpe de pronto. Se gira con la intención de quebrarle el cuello a quien hubiera osado interrumpir, pero...
- Vaya, vaya, vaya... Mira quien ha venido a acompañarme en esta... Solitaria noche - pronuncia las palabras, mordaz. Linette, como la mayoría del mundo, le daba igual. Ya era conocida su incapacidad para sentir algo que no fuera placer o dolor. Sin embargo, estaba evidentemente molesto ante la interrupción.

**Athena Russo** Dom Jul 05 2009, 03:45

Nota algo familiar en Franciszek, como si de alguna forma están conectados pero no puede evitar sentirse atemorizada y acechada. Se muerde el labio pensativa al escuchar su pregunta y se encoge ligeramente de hombros. Sus hombros, su cuello y su rostro descubiertos se estremecen de tal forma que Athena parece aún más pequeña y más pálida.
-Es cuestión de demostrarlo, aunque no me gustaría correr esa suerte. -dice, en cuanto a averiguar si es peligroso o no. Mira a la chica que llega y por un momento se siente más relajada.- Buenas noches.

**Linette Gerlether** Dom Jul 05 2009, 03:52

Observa la pequeña escena, entre divertida y confundida. Por primera vez buscaba al menos un poco de tranquilidad, pero al parecer era imposible, y menos con Fran cerca.
Camina hacia ellos lentamente, no sólo era por la falta de luz, sino por la posición que cada uno había tomado desde su primer entrada a la estancia.
Sin decir ni una palabra, examina la expresión de la chica más de cerca, parecía atemorizada por la presencia del chico. En cierto modo la entendía, dudaba en que él fuera humano, pero ella tampoco tenía el aspecto de alguien normal, sino ya hubiera salido corriendo.
-¿Solitaria noche? -inquiere, en respuesta al chico. -Por lo que veo estas muy bien acompañado.

**Franciszek S. Walczak** Dom Jul 05 2009, 04:13

Ahora con dos mujeres en la habitación destrozada, su imaginación comienza a volar durante milésimas de segundo. Sin dejar de sonreír, se aleja unos pasos de Athena, para darle aire. Tampoco iba a acabar con ella tan pronto. Aunque ahora que estaba presente Gerlether se lo veía más complicado.
- Lamentablemente, la suerte no se decide, la suerte es azar - explica pausadamente, mientras sus zapatos negros provocan un acompasado ruido sordo al golpear contra el suelo, como si de un metrónomo se tratase-. Sí, solitaria, y sigue siéndolo... - ironiza, como si ambas no existieran para él. Parte era cierto, aunque la presencia material era imposible de negar.

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